Las smart cities van a depender mucho de la blockchain, pero no solo como herramienta sino como forma de entender la interacción de la tecnología y de los seres humanos.
Cuando hablamos de blockchain, a todos se nos viene a la cabeza las criptomonedas y el Bitcoin. Pero las blockchain ya han superado ese primer paso y ahora la podemos encontrar en multitud de espacios diferentes.
Se está utilizando mucho en seguridad, no solo en cyberseguridad, sino en la seguridad tradicional.
Por otro lado en la trazabilidad de productos, hay muchos ejemplos a lo largo del mundo, también en España.
Y lo mejor de todo es que ya ha superado esa barrera psicológica; de que solo era una tecnología para las criptomonedas.
Tecnología blockchain
Ahora mismo podemos encontrar la blockchain en muchas más situaciones cotidianas de las que nos pensamos. La cuestión es que se ha ido instalando en nuestras vidas sin que en muchos casos nos demos cuenta.
La buena noticia es que ha llegado para quedarse. La mala puede ser que a muchas instituciones y multinacionales aún les cueste reconocerla. Pero no lo dudéis. Ya están haciendo uso de ella.
Significado de blockchain
He hablado con mucha gente, he asistido a algunos eventos y si hay algo claro es que cada persona la define de una forma diferente. Pero todos quieren decir lo mismo.
Por supuesto encontrarás interpretaciones intencionadas que pueden distar de la realidad.
Mi definición de blockchain que no tiene porque ser la más acertada:
Un libro de cuentas, como el que tenían los bancos antiguamente en los que se anotan todas las operaciones y que está distribuido en muchos lugares diferentes. Por lo que no se puede hacer ningún cambio sin que salten todas las alarmas. Cada cambio en ese libro de cuenta es verificado por un número de nodos por lo que uno solo no puede cambiar y validar por si solo.
Otra definición que me ha gustado mucho:
En el mundo real tu puedes ir a una hoja de excel de tu empresa y hacer un cambio y nadie lo notaría, puedes cambiar una cifra o hacerla desaparecer en una columna y una fila. En una blockchain si alguien hace un cambio en cualquier parte de esa tabla, queda invalidado todo el proceso a partir de ahí.
También escuché en un evento, y creo que es un gran acierto, tanto una como otra afirmación:
«De nada sirve la tecnología si no hay un cambio de mentalidad y de forma de hacer las cosas en los seres humanos«. Porque seguiremos cometiendo los mismos errores.
«No hay que entender la blockchain, sino utilizarla. Igual que hacemos con Internet o con la electricidad«. No hay que saber como funciona exáctamente. Al menos las personas que no se vayan a dedicar a ello, más que como usuarios.
Las smart cities del presente y del futuro
Seguramente muchas de las smart cities que ya existen en nuestro presente, han basado su evolución en mucha tecnología sin tener tanto en cuenta los cambios que debe hacer el ser humano para adaptarse a las nuevas necesidades de esas ciudades.
Tendremos que ir aprendiendo para no seguir repitiendo patrones que al final nos llevan al mismo error.
De nada sirve mucha tecnología si no se sabe administrar, gestionar, medir y sacarle partido.
Al igual pasa con la blockchain, que no deja de ser una herramienta que puede ayudar y mucho a desplegar y poner en práctica todo lo que una smart city necesita.
Blockchain y confianza
Otro comentario que me impactó de una persona que ha pasado por varias revoluciones industriales y tecnológicas.
«Antes firmabamos los contratos en una servilleta de papel. Mal nos va cuando tenemos que buscar herramientas como la blockchain para crear confianza entre las personas».
Está claro que la tecnología sola no va a resolver los problemas de la humanidad; y quien crea que por llenar una ciudad de cámaras y sensores se va a acabar la delinquencia o los problemas climáticos está muy equivocado.
También tenemos que cambiar nuestra forma de actuar, de fabricar y de utilizar los recursos. Es la única manera de encontrar un equilibrio.
El rechazo a la tecnología
Está claro, que en todas las revoluciones tecnológicas e industriales han existido detractores.
Unos porque no entendían lo que suponía esos cambios y mucha gente teme salir de su zona de confort.
Otros porque sabían lo que supone un cambio así y no les interesa. En el caso de las criptomonedas; está claro, que a los bancos y grandes corporaciones relacionadas con el dinero no les biene bien que podamos disponer de nuestro dinero como y cuando queramos. Que podamos hacer transacciones entre nosotros sin pasar por sus servicios y productos.
Eso es normal y hay que tenerlo en cuenta. Por supuesto, todo cambio con lleva nuevas formas de hacer las cosas y todos tenemos que aportar algo o adaptarnos de alguna forma.
La cuestión es, también, si la blockchain es la herramienta que necesita una empresa o institución. Igual hay otros servicios o herramientas que ayudan mucho más a ese cambio que necesitan.
No existe una blockchain
También hay que tener en cuenta que no existe una sola blockchain. Bitcoin está basada en una.
Con los smart contract la de Ethereum es mucho más completa y útil.
Muchas empresas han creado su propia blockchain o han adoptado algunas de las ya existentes.
Y también hay otras que van despuntando y aunque aún son poco conocidas en un futuro pueden dar mucho de que hablar. Porque detrás hay todo un equipo de trabajo. Y porque están innovando y haciendo que la blockchain sea cada vez más adaptable.
Es el caso por ejemplo de Mchain una blockchain con un potencial increible y que ya lo está demostrando con sus aplicaciones tanto de wallet de usuarios como para comerciantes. Y que pude ver en persona en la Smart Living Marbella que trató sobre blockchain y smart cities.
Mis conclusiones
Creo que ya estamos pasando por la fase de exploración y aceptación, aunque aún muchos organismos y empresas no lo digan abiertamente. La mayoría o está en fase de adaptación a algún tipo de blockchain o ya funcionan con ella. Y los que no entarán en breve.
El problema de las tecnologías ya se ha demostrado que no es solo lo que ayudan, sino el mal uso que se hace de ellas. Las cámaras de vídeovigilancia pueden ser una gran ayuda, pero también pueden usarse solo para controlar a las personas. La tecnología y los avances no son malos; el mal uso que se haga de ellos si pueden serlo.